17 Abr El punto de equilibrio (Esp)
Y me encontré con que había cumplido los 50. La mayoría de personas me decían que aún soy joven, me felicitaban porque ya había alcanzado la mitad o porque todavía me queda el doble de lo que había vivido.
Mi padre enfermó con 55 años. Pero la verdad es que yo siempre he vivido con la sensación de que hoy es el último día y al día siguiente no había pasado nada. Y así no sé cómo ya he vivido 50 años. Este punto de vista me ha permitido vivir muy intensamente hasta hoy y siempre a corto plazo con cosas tan pequeñitas que puedes tocarlas o solo olerlas, siempre con corta distancia, como si hubiese vivido varias vidas, una cada día. Justo lo contrario de “vivir a lo grande”
Lo que para unos es una angustia, para mí es una aceptación absoluta de que la vida es incerteza, y que debes aprender a convivir con ella. Es afrontar la realidad y aceptarla es parte de la felicidad de vivir. Si no has llegado a este punto, no puedes entenderlo.
Un día u otro dejaremos de existir y no sabemos cuando, aunque vivamos aferrados a que aún nos queda mucho, por más que cumplas. Pero lamentablemente no se sabe.
Desde muy joven no he parado de montar empresas, realizar viajes, descubrir personas y culturas, hasta hoy. Pero he vivido con gran angustia situaciones de larga durada como la relación con los créditos bancarios, las deudas, gastando, comprando, fundiendo y volviendo al inicio una y otra vez. Y eso es la cultura capitalista. Un no parar y así hasta el infinito. El infinito, que parece una bonita palabra, pero es una penitencia.
Mis pasos anteriores me llevaron hasta los 50 y al punto de equilibrio sin provocarlo directamente. Y lo encontré siendo consciente de ello. LO QUE TENGO NO TIENE CARGAS Y LO QUE DEBO ES NADA. (Evidentemente hablo de cosas materiales) Vaya!! Justo con toda esta incerteza del Covid19, de la economía y las decisiones políticas absurdas, va y se me presenta el punto de equilibrio. Y me doy cuenta de que no está ni en todas las vidas, ni en todos los momentos. Quizás nunca lo veas.
Si lo has hecho bien el punto de equilibrio te puede llegar cuando te jubilas, quizás ya por imposición o quizás lo veas cuando ya sea demasiado tarde.
Y mi gran pregunta es: ¿y a los 65 me dices que voy a vivir una segunda vida? Con tantas incertezas de salud, destino, o deriva humana? O me tapo los ojos y oídos y me fio de las estadísticas.
Pienso que la vida es energía y salud con lo que es lógico que decida jubilarme ahora unos 4 años y después volveré a la actividad si la vida me lo permite. Ahh que la sociedad necesita mi energía ahora para que continúe siendo un productor capital y todo siga aguantándose por un hilo! Creo que desde los 15 años no he dejado de generar riqueza social o al menos no he dejado de pagar impuestos! (Lo que se halla hecho con ellos no sé si es riqueza social)
Pues resulta que la vida y sobre todo la tierra me ha dado más de lo que merezco, y ahora paro. Y parar quiere decir que puedo decidir sobre los actos de mi vida.
Con los pocos ahorros que he generado hasta hoy, estoy tomándome 4 años sabáticos sin apenas gastar. Sin formar parte del consumo salvaje, que es la principal causa para no poder parar. Mi proyecto actual necesita de mi tiempo, construir mi casa con mis manos y dejando volar mi imaginación, que es mi felicidad.
Para mantener el punto de equilibrio lo primero que hice es poner mis gastos en equilibrio con las entradas. Así que fulminé todo lo superfluo.
Todo el mundo debería tener la oportunidad de parar aunque sea por un tiempo en su vida en plena juventud física. Tiempo de conocerse a uno mismo desde un punto de vista fuera de lo que está establecido. ¿Quién dice que la vida sea lo que me han enseñado?
No comparto en absoluto que alguien decida sobre mi vida y además muy bien camuflado. Que nazca, estudie, tenga títulos, trabaje, forme familia, me hipoteque, compre una casa, me jubile, y… se acabó ¡! Pues si una gran vida NORMAL, si es que la salud te ha premiado. Pues mi vida no ha sido en absoluto normal y mirando atrás, he sido muy feliz.
Ahora comparto momentos únicos con mi hijo, conversaciones dignas de felicidad, decido cada día que es lo que me hace feliz, y este punto es importante. Lo repito. Decido cada día que es lo que me hace feliz.
Aunque eso depende solo de cómo hayas gestionado tu vida antes de ayer para poder parar. Yo vengo de familia trabajadora y humilde así que es un trabajo de años llegar al punto de equilibrio. Si vienes de familia rica, has heredado una solución a tus problemas, has triunfado en la vida o te ha tocado la lotería, no estoy hablando de tu caso, porque en muchas ocasiones, ni así, mucha gente es capaz de llegar al punto de equilibrio.
Porque el punto de equilibrio no es tener la vida solucionada o nada solucionada, sino parar, sin ver que vas restando ni sumando. Se mantiene todo en un sano equilibrio.
Retomando el punto de inicio, lo de la mitad de la vida es un engaño, ni soy joven, no tengo la misma energía que a los 20, al menos físicamente. Muchas personas me cuestionan cuando digo que la vida ya se ha pasado y lo que viene es regalado. Si es cierto que mi configuración mental es juvenil y moriré joven, pero edad se encargará que mis células dejen poco a poco de ser jóvenes.
Y si te preguntas: ¿QUÉ TE GUSTARÍA HACER ANTES DE MORIR? Porque siempre, siempre queremos algo más. Mi humilde respuesta ES NADA. Y es nada porque simplemente ya he hecho todo aquello que he querido hacer en la vida, siendo muy consciente de mis límites y los que privan mi libertad, y además siento que es una falta de respeto hacia la vida que siga pidiendo más y más habiendo recibido más de lo que he pedido.
Y lo que me está dando el punto de equilibrio es solo una cosa: Seguir siendo feliz.
EL PUNTO DE EQUILIBRIO. Autor: Edu Sentís. Reflexiones. 17/04/2021